Caos en el sector salud
14 Ene 2021
En el Perú somos campeones de la improvisación y en el olvido de todo lo sufrido, con una imperdonable omisión en investigación, proyección y planificación para consolidar protocolos precisos, concretos y de fácil ejecución, para enfrentar cualquier repetición del fenómeno que pudo habernos causado mucho daño.
Parece que nos gusta patear cien veces la misma piedra, con el mismo pie y con los mismos zapatos, volviendo a jugar a las escondidas cuando el peligro aparece de nuevo.
Nunca nuestro sistema de salud pudo, en tiempos normales, pudo brindar prestaciones adecuadas a toda la población que, periódicamente, demanda esos servicios. No pudimos acabar con el dengue, la chucungunya, la influenza, entre otras plagas, porque no tenemos un sistema de prevención adecuado, ni con postas bien equipadas para evitar la saturación de hospitales, ni con programas de vacunación razonables en cantidad, calidad y tiempos, pero, lo que es más grave, sin política alguna de desarrollo con planes bien estudiados para ejecutarlos en el corto, mediano y largo plazo.
La gente más pobre del país, los que viven y desarrollan sus actividades económicas en zonas alejadas de los grandes centros poblados, sin postas médicas a su alcance y sin apoyo del Estado, jamás podrán llegar a un hospital y menos enfrentar costos que están fuera de su alcance, no obstante lo cual, el Estado no ha organizado equipos móviles con desplazamientos geográficos de manera secuencial tomando en cuenta las épocas de crisis, tal como hace la Marina de Guerra del Perú en la Amazonia con lo que puede y hasta donde puede.
Lo más recomendable para enfrentar cualquier crisis es contar con una organización sólida, ágil y gran capacidad operativa. En salud eso es lo que menos tenemos y parece que al Estado le importa muy poco, tanto que no paga las remuneraciones que debe al personal contratado, no capacita adecuadamente, los especialistas en cuidados intensivos renuncian en masa, y ahora tiene que enfrentar una huelga indefinida de todo el personal de salud.
Mientras, la ministra ha venido jugando con nosotros con el que si llegó o no la segunda ola de la covid y la compra, almacenamiento, distribución y aplicación de las vacunas presuntamente ya compradas, mientras que los hospitales comienzan a desbordarse con pacientes afectados por la covid para quienes ya no quedan camas de cuidados intensivos.
Hablar de cuarentenas con la plaga encima y sin dinero en el bolsillo ya resulta peligroso.
Fuente: Diario Expreso
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