miércoles, 11 de mayo de 2016

Mejorando la salud

INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN (INR) LOGRA REINTEGRACIÓN DEL PACIENTE A LA SOCIEDAD

Mejorando la salud

Realiza más de 300,000 atenciones al año entre terapia física, ocupacional, del lenguaje y psicoterapia. Los pacientes obtienen calidad de vida, recuperan las ansias de vivir y son útiles a sus familias.
Gaby Córdova Chiroque quedó postrada en una cama luego de un fatal accidente causado por la imprudencia de una combi “asesina”. El diagnóstico fue lesión incompleta medular. Casada y con un hijo, el futuro se le mostraba sombrío. No obstante, su vida dio un giro radical cuando llegó al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) del Ministerio de Salud (Minsa), en enero de 2015.


11/5/2016

“Entré en camilla, pero ahora, con las terapias, estoy parada y he podido dar nuevamente mis primeros pasos. Tengo la esperanza de caminar con una muleta o un bastón”, dice Gaby, quien a sus 55 años encontró la calidad médica que necesitaba.

El INR –que solo atiende los casos de alta complejidad referidos por los establecimientos de salud de todo el país– divide su prestación en dos grandes grupos de servicios de rehabilitación: los de funciones mentales y motoras.

También se atiende a pacientes –en su mayoría niños– con problemas de aprendizaje, desarrollo psicomotor, comunicación, deficiencias intelectuales y de adaptación social, mediante el uso de terapias de rehabilitación neurosensorial y multisensorial.

Atención profesional

Los casos de las pequeñas Gabriela (2 años) y María Laura (9 años) requieren atención profesional de alto nivel. Ambas tienen síndrome de Down y sus padres las traen desde Chimbote y Arequipa, respectivamente. Mediante juegos se busca reforzar sus tiernos cuerpos y mejorar sus habilidades sociales. Han reaccionado favorablemente al tratamiento y se espera mejoras en los siguientes meses.

En el referido instituto, un 30% son pacientes que llegan desde las provincias. Desafortunadamente, en el interior del país no hay atención especializada, pero se busca dotar de infraestructura a diversas regiones para optimizar este tipo de servicios.

El servicio para mejorar la motricidad atiende a personas, jóvenes y adultas, con lesiones centrales y medulares, así como con amputaciones, quemaduras y trastornos postulares.

Refuerzos

Tanto Pedro Cuadros (56 años) como Antonio Chumpitaz (53 años) llegaron al instituto hace pocos meses. A uno le amputaron la pierna derecha, y al otro, la izquierda. En un caso fue por una diabetes mal controlada, y en el otro, un problema vascular. Ambos se esfuerzan para aprender el manejo perfecto de las muletas y las prótesis que les brinda el INR.

El instituto cuenta con un taller de biomecánica donde se elaboran las prótesis y zapatos ortopédicos para los pacientes. Este tipo de materiales, al igual que las consultas, terapias y talleres, son totalmente gratis para los afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS) gracias a un convenio firmado el año pasado.

“Como verán, es el único centro especializado de su tipo a escala nacional y uno de los cuatro que existen en América Latina. Los otros están en Chile, Colombia y México. Incluso contamos con un laboratorio de análisis de la marcha”, afirma el director del INR del Minsa, Richard Ruiz.

Silla de ruedas

Hace 25 años, Marcelo Torres fue uno de los sobrevivientes de un accidente automovilístico en un paraje de la Selva. Desde ese día, en su natal Huari (Áncash), tuvo que aprender a convivir con una silla de ruedas. Seis años después llegó al INR, donde no solo mejoró sus habilidades motoras, sino que también aprendió un oficio. Desde entonces, trabaja en el área del instituto donde se elaboran los zapatos ortopédicos para los nuevos pacientes.

“El proceso de rehabilitación no termina con las terapias que mejoran el aspecto físico y mental del paciente. Lo que buscamos es reintegrarlo a la sociedad; por ello hacemos talleres para lograr su inserción laboral y educativa. Esta oferta, además, está complementada con apoyo psicológico a la persona y a su entorno”, señala Ruiz.

Justamente, en un taller de ensamblaje de computadoras encontramos a Ricardo Polo Toledo (62 años), quien no volvió a caminar por culpa de un tumor cervical. “La vida en mi casa era estresante. El INR me ayudó a aceptar lo que me pasó y despertó mis ganas de pensar que no todo acabó, que solo se necesita un poco de voluntad para buscar otro camino”, comenta sin dejar de analizar el microprocesador que tiene en sus manos.

De esta manera, el INR del Minsa pone de manifiesto la importante función que cumple en la mejora del sistema de salud del país. Un trabajo digno de resaltar.

Historia institucional

En el 2015, el INR realizó 41,957 consultas médicas. Además, se llevaron a cabo 323,192 atenciones especializadas, entre terapia física, ocupacional, del lenguaje, psicoterapia y psicopedagógica; el número de atenciones se incrementó en 15% con respecto al año anterior. 

El INR fue fundado en 1962 en una casona de San Miguel. En 1971 se trasladó a Bellavista, Callao, en el antiguo Hospital Naval. En la actualidad se encuentra en Chorrillos y se llama Adriana Rebaza Flores, en honor a su fundadora.

Fuente: diario El Peruano

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